jueves, 30 de abril de 2009

Fotos del viaje

Aquí os pongo unas fotos del viaje a Etiopía. No son de muy buena calidad porque la mayoría están hechas desde una furgoneta en marcha, y la cámara tampoco es la pera. Aviso que no salimos nosotros y mucho menos la niña, ya sabéis que no pongo fotos de ella, lo siento. A vuestros privados os iré enviado, ok? Idme pidiendo si no os he enviado ya porque tengo un pequeño lío de a quién he enviado y a quién no. Gracias.

Aeropuerto de Bole (Addis Abeba), el día que llegamos. El día estaba muy bonito, con una luz preciosa y la ciudad se veía rechula desde aquel lugar.




Vista desde el aeropuerto

Cartel de Coca Cola

Cartel de Pepsi Cola


Burros en Bole Road, calle principal del la ciudad

Edificios en construcción. Había muchos, con los típicos y fascinantes andamios de madera. La mayoría eran hoteles y edificios de lujo. inalcanzables para la población general.

Cocina de nuestra habitación, en el Lions Den Hotel

Salón, enfrente de la cocina

Habitación, con la cuna al fondo, de mimbre y madera, muy bonita, pero nada práctica. Por el lado que no se ve en la foto, tenía unos barrotes con un espacio entre ellos donde cabía mi cabeza.

Lago de Debre Zeit. Esta excursión nos la propuso la ecai y nos facilitó el transporte con el conductor, pagando nosotros (57 euros por pareja). Lo mejor de todo fue el camino, porque nos permitió conocer un poco la realidad del país, sus paisajes, sus gente y pueblos, sus colores y olores. La zona del lago es bonita, tranquila y sin apenas gente (hay que pagar entrada), pero ya digo que lo que más me gustó fue el viaje en la furgoneta, a pesar de que pasé miedo por la forma de conducir allí, por las vacas en medio de la autopista, los burros y cabras, las personas que se cruzaban, los camiones (muchísimos). Encima los bebés van si ningún tipo de silla de automóvil como podéis imaginar. A pesar de esto, me mereció la pena y me alegro de haber decidido ir.

Lago de Debre Zeit


Iglesia ortodoxa, religión mayoritaria, que vimos por el camino al lago. Ese día era domingo de Ramos allí (una semana después que nuestro domingo de Ramos) y las gentes iban en procesión a las iglesias con sus mejores galas y unas coronas hechas con hoja de palma colocadas en la frente. Era un espectáculo verles. Las mujeres iban preciosas, salían de casas inmundas pero vestían de forma impoluta y lucían espectaculares peinados.


Este hostal llamó mi atención el día de la llegada por su color rosa. Addis está llena de colores chillones y alegres. EL día que fui a la Embajada de España vi unos niños de un colegio que llevaban un uniforme rosa, me resultó bastante curioso.



Vista desde el club griego que había frente al Hotel

Esto creo que eran unas oficinas de Ethiopian Airlines en Bole Road


En el camino a los lago vimos muchas personas andando a los lados de la carretera y también, como en la foto, muchos animales.

Tengo más fotos, en otro rato las subiré.



Vïdeo muy chulo contra el racismo

A través del foro de Abay he visto este vídeo enviado por Ana, una compañera de la Asociación, que os invito a ver. Creo que merece la pena. Es un kit kat a mis aventuras en Addis y postadopción, para "desengrasar" un poquito:

http://www.youtube.com/watch?gl=ES&hl=es&v=rCUFfFQktBE

No se puede insertar el vídeo, esta desactivada la opción.

Más tarde vuelvo y sigo el culebrón.

Besos

miércoles, 29 de abril de 2009

A Lola le gusta bailar

Es muy tarde y estoy muuuuuuuuuy cansada pero no me quiero ir a la cama sin escribir unas líneas, aunque sean poquitas. Llevo un trajín que no veas con los papeles, esto parece no tener fin y me tiene un poco frita porque como lo estoy haciendo casi todo yo (Ramón tiene que currar) pues casi no veo a la peque, ya que la dejo en casa con papá (es que el despacho está en casa, somos muy Ikea nosotros). Nos da apuro sacarla a la calle porque aún no tiene las vacunas y ya le dió fiebre la semana pasada. Por fin he conseguido cita el martes que viene en el centro de salud y a partir de entonces estaré más tranquila y saldremos a pasear y a todos lados.

Hoy hemos tenido un ratito juntas por la mañana, mientras Ramón salía a pedir un papel, que ha sido muy gracioso. Compré en Addis un CD de música infantil en amárico y lo he puesto. Parecía que Lola se ponía a bailar, daba con su manita en el muslo, ha sido increíble. Quizá sea una de mis locuras, puede ser, el caso es que lo parecía y era divertido verla disfrutar con la música.

Ahora sí que me voy a descansar. Ah, Y te agradezco también el premio Sonia, no lo había visto, perdona. Aún no he tenido tiempo de ponerme al día de todos los blogs. Poco a poco.

A ver si mañana puedo contaros despacio los papeles que hay que hacer a la vuelta y la mejor manera de hacerlos, según mi punto de vista dada mi experiencia personal.

lunes, 27 de abril de 2009

Seguimos con la cerveza...

Al final el sábado por la tarde no pude seguir la historia porque estuvimos todo el día con visitas. Es lo que tiene parir, jeje. Por la mañana vinieron a casa los amigos de toda la vida de Ramón: Fernando y Celia, con su precioso peque Gonzalo; Santi y Mariví y Jose y Gemma. Pasamos un rato muy agradable, tomando unas cañas y unas tapas en una terraza que tenemos debajo de casa, porque al final no me dio tiempo de ir al super ni nada y no teníamos qué ofrecerles. Hacía sol y se estaba muy a gusto. Nos trajeron regalitos para las niñas, aunque lo de regalitos no puede aplicarse a la enorme osa de peluche de más de un metro de altura a la que Lucía ha bautizado como Kitty, en honor a su querida Hello Kitty. GRACIAS CHICOS! Los interfonos funcionan fenomenal.

Por la tarde vinieron Tino y Ana con sus churumbeles, un poco terremotos ambos, un no parar vamos. Lucía y el papá no estaban porque tenían entradas para ver "Monstruos contra alienígenas" en 3D, de la que por cierto vinieron encantados. Mi hija salió del cine diciendo que la peli era "brillante", qué cosas que suelta esta niña, me deja loca. La salida al cine forma parte de nuestra estrategia de sobrevivir al síndrome de la princesa destronada. Parece que funciona.

¿Por dónde iba? Sí, quería hablar de mis compis del viaje a Etiopía. Poco a poco fuimos estableciendo una rutina de vida en el hotel, una vez pasó el primer día de llegada que fue un poco caos: recogida de los niños, cansancio extremo del viaje, maletas sin deshacer, primeros bibes y pañales, etc. Ese día no quise bajar a comer. Prefería quedarme con Lola en la habitación durmiendo la siesta, las dos juntitas en la cama grande. Un gustazo. Ramón sí que bajó al comedor del hotel y se encontró con Javi, Mari y su pequeño Elías, que ya por fin sonreía sin parar. A partir de ese momento, comimos juntos todos los días, aunque ya no en el hotel, sino en el griego de enfrente, donde había más variedad de comida y estaba más rica. Los momentos de la comida eran para mí, junto al rato de la mañana en el jardín, lo mejorcito del día. Allí charlábamos de lo divino y lo humano, casi siempre de Etiopía y mucho de los niños y la adopción. Compartimos inquietudes, experiencias, pensamientos... Javi y Mari nos contaron sus peripecias en el viaje que habían hecho el verano pasado a Etiopía, para conocer el país del que entonces iba a ser su futuro hijo. Nos hablaron del magnífico cocinero etíope de su expedición, que una mañana les preparó tortilla de patatas para desayunar; del guía que les acompañó, Melaku, que les trató a las mil maravillas; de su fantástico viaje por carretera, que les permitió conocer la realidad del país; de las tribus del Sur, de Gondar, de Lalibela...como tantos y tantos otros que ya habéis tenido la suerte de visitar el país, les faltaban palabras para expresar lo mucho que les había impactado y gustado Etiopía. Nos pedían perdón por ser pesados al hablar tanto del tema y ya ves, yo estaba deseando oirles hablar.

Cada mañana a eso de las 12:30 o 13:00 horas tomábamos un aperitivo en el jardín del hotel. La bebida más solicitada era la cerveza. Allí hay que insistir en pedirla muy fría, "very cold" en inglés y "betam cascasa" en amariña, si no quieres que te traigan un caldo ideal para el dolor de garganta. Lo gracioso del tema era que por mucho que Javi repetía cada día la coletilla de betam betam cascasa please, la cerveza siempre tenía la misma temperatura. Estaba fría pero no demasiado. Había que beberla rápido porque a los 15 minutos comenzaba a convertirse en caldito. ¿Alguien entiende como es posible que existan personas a las que les guste una cerveza caliente? Yo no.

Las mañanas de jardín las hacíamos en plan colectivo, toda la familia junta. Sonia o Xonia, como a ella le gusta llamarse y toda su trupe, Javi con Mari y Elías y nosotros. Aparte siempre teníamos algún camarero pululando y algún vigilante del hotel cerca, atentos a lo que nos pudiera surgir.

Lo mejor de esos ratos era ver a los gemelos, cómo jugaban, qué cosas decían...son unos niños muy divertidos aunque se mueven como rabos de lagartija y a su madre, padre y abuelos les traían un poco locos. La verdad es que demasiado bien lo llevaron todo para tener 3 años. Son un cielo, desde el primer minuto te ganan. Recuerdo en Roma, a la ida, que les enseñé una foto de Lucía con nuestro perro Mambo. Uno de ellos mira la foto y me dice: "para ti Lucía, para mí Mambo". Se acerca su hermano y me dice a continuación: "para ti Mambo, para mí Lucía". Casi me parto de la risa. Y como esta hay montones de anécdotas tronchantes. Como un día en el griego que se acercan a nuestra mesa y preguntan a Ramón: ¿tú tienes pito? y Ramón dice: sí, claro, ¿y vosotros? y van y sueltan: "claro que sí, mira" al mismo tiempo que se bajaron el pantalón ahí mismo, sin pudor ninguno, mientras su padre les pedía a gritos que se lo subieran inmediatamente. Desde aquí les mando un super beso a cada uno. Y a su dulce hermanita de ojos rasgados.

Ya se me ha hecho muy tarde y mañana tengo que madrugar de nuevo. Hoy por fin hemos inscrito a la niña en el Registro Civil y nos han dicho que en mes y medio tendremos el libro de familia. Ojalá. IMPORTANTE: para los que tengan que ir al Registro, tenéis que ir el padre y la madre y llevar todos los documentos de la adopción (sentencia, contrato, partida de nacimiento, situación del menor, certificado de idoneidad, certificados de nacimiento de los padres y de matrimonio, dni, pasaporte del niño/a), originales y fotocopias, incluso de la traducción jurada.

viernes, 24 de abril de 2009

La cerveza, betam cascasa, por favor

Ayer estuve escribiendo durante dos horas este post y mi conexión a Internet falló y no me guardó el mensaje, así que me he llevado el disgusto de perder todo lo escrito. Tengo que volver a empezar...qué le vamos a hacer...

La primera semana que pasamos en Addis Abeba fue estupenda. Me alegro muchísimo de haber decidido salir el día 6 de abril y no postergar el viaje una semana, tal y como nos propueso Carmen de Mundi el mismo día de la salida. Debido a que la partida de nacimiento se había retrasado y no iba a estar disponible hasta una semana más tarde, no podíamos iniciar los papeles del pasaporte y visado de la peque, por lo que la ecai nos proponía salir siete días después para evitarnos el enorme gasto que nos iba a suponer y el tiempo sin estar con Lucía y los inconvenientes laborales.

Sin embargo, como ya escribí aquí, se nos hacía muy cuesta arriba deshacer las maletas recién cerradas. Lucía ya estaba en Murcia con los abuelos y los temas laborales, con unas cuantas llamadas y mails quedaron solucionados (todos menos uno, un proyecto muy interesante que venía del estudio de un importante arquitecto francés que no pudo ser debido a que coincidió con el viaje a Etiopía y por un problema de comunicación entre Ramón y ellos la cosa se truncó).

Por tanto nuestro planes siguieron su marcha. Al principio tenía cierta decepción y congoja por no viajar con mis queridos Paloma y Raúl, en espera de segundo juicio (mucho ánimo pareja!); Esther, que decidió quedarse una semana más con todo el dolor de su corazón; Lola y Jose, que viajaban más tarde porque tuvieron que repetir su juicio y afortunadamente salió bien; y Luisa y Enrique, la pareja jienense que espera de forma inminente su asignación junto a su hijita Candela de dos años (va a ser YA).

La vida, parece que no, está llenita de personas maravillosas, auténticas, interesantes, buena gente, que hacen que de verdad merezca la pena estar aquí y levantarse cada día y esforzarse cada minuto por ser mejor y hacer mejor la vida de quienes tenemos al lado. Desde hace unos pocos años estoy conociendo cada vez más y más gente, antes me costaba horrores porque mi timidez me impedía abrirme, pero ahora esa timidez está cada día más escondida y he descubierto que disfruto muchísimo con la gente, que me encanta la gente. Me gusta mucho conocer personas nuevas y aprender de ellas, charlar, intercambiar opiniones, risas, conversación. Mi vida es mucho más rica desde entonces. Me considero millonaria desde entonces, jeje. ¿Y todo este rollo a qué viene? Pues a que mi congoja por no compartir viaje con mis queridos nombrados se alivió cuando conocí a las seis personas y dos personajillos que se unieron a nosotros en la terminal 2 del aeropuerto de Barajas el día 6 de abril a eso de las cuatro de la tarde, cuando nos dejaron subir a facturar tras la falsa amenaza de bomba.

Esta tarde sigo con la historia. Mi santo esposo me reclama para ir a la compra porque ahora vienen unos amigos y no tenemos nada para ofrecerles, opps. Es lo que tienes estar "recién parida", jeje.

jueves, 23 de abril de 2009

Lola Elshaday is happy

Cuando me imaginaba el encuentro con mi hija, antes de saber que era una niña de pocos meses, intentaba ponerme en lo peor. Supongo que era una forma de protegerme ante un posible rechazo inicial, que es bastante habitual y para lo que hay que estar preparado, sin tomarlo como algo personal del niño contra nosotros.

Por eso me sorprendió tanto esa facilidad de sonrisa de la niña, tan dulce, tan simpática. Sólo la miras un poco y ya está ella con su boca abierta y su risa de bebé feliz. ¿Cómo puede ser? ¿Cómo puede estar tan contenta siempre? Es una maravilla claro, nos hubiera cautivado igual con el llanto pero así ya...imposible resistirse a comerle las orejillas, jeje.

Los empleados del hotel se pasaban todo el día diciéndole cositas en amárico, incomprensibles para nosotros pero que a ella le encantaban, movía sus brazos y piernas y reía a carcajadas. Allí nos decían continuamente la frase de "Elshaday is happy" y nosotros respondíamos "And we are happy too". ¿Cómo no íbamos a estar happys? :-D

Los primeros días la llamábamos sólo por su nombre etíope, intentando pronunciarlo como hacen ellos, y enseguida nos miraba, lo reconocía. Ahora en casa es Lucía la que la llama Elshaday porque a ella Lola no le gusta y le dijimos que puede llamarla como quiera, menos Lolita o Elsa o Dolores. Se llama Lola Elshaday.

La verdad es que cambian un montón los bebés con sólo estar unos días contigo. Cuando la recogimos tenía piernitas de alambre, el culo pelao que daba pena verlo y no sostenía bien el cuello. A los pocos días ya había cogido fuerza en el cuello y la crema del culete había hecho maravillas. A la semana tenía muslamen rollizo. Y tampoco es que comiera mucho más que en la casa cuna. Como me comentó Sonia, la mamá de los gemelos y de Amaranta, los niños engordan sólo del cariño y el afecto que les damos. No es que en la casa no les quieran, pero la atención que pueden prestarles allí no tiene nada que ver con la de 24 horas que les damos su mami y su papi.

Nos sentimos muy afortunados, muchísimo, por haber llegado por fin hasta nuestra pequeña y por ser ella una personita tan tierna y bonita, tan alegre y achuchable, tan happy happy.

Te sientes muy extraño allí con el batido de sentimientos que se te juntan en el estómago. Por un lado la inmensa alegría de ver por fin a tu hija, de abrazarla, besarla, olerla, quererla...por otro la profunda tristeza de saber cómo ha llegado hasta a ti y de ver con tus propios ojos situaciones de miseria y de hambre, de probreza extrema que se acerca hasta a ti en directo, sin pantallas de televisión delante ni presentadores del telediario, sin que puedas hacer nada por solucionar el sufrimiento de esa gente. Creo que nunca he sentido más vergüenza de mí y de la humanidad como hace unos días en Etiopía, cuando se acercó a nuestra furgoneta mientras hacíamos una excusión por Addis, un chico medio ciego a pedir limosna. Mientras nosotros, dentro del vehículo, con nuestros bebés etíopes en brazos y nuestras bolsas llenas de café recién comprado en Tomoka, una de las cafeterías más famosas de la ciudad. Se supone que no les podemos dar nada porque fomentamos la mendicidad. Pero, uf, cómo me impactó verle y ver a otros muchos que nos pedían, tanto aquel día como en otros sucesivos. Te daban ganas de vaciar tu cartera y salir corriendo. El mundo es tremendamente injusto y cruel. No descubro nada nuevo, pero no está de más repetirlo, que no se nos vaya a olvidar.

Muchas más emociones se juntaron en ese cocktail del que hablo, no sólo la felicidad y la tristeza y la vergüenza. Hubo muchos nervios por el tema de los papeles, que contaré otro día, y muchas risas, muchas, con los niños y los mayores. La verdad es que lo pasamos muy bien allí, nos juntamos un buen grupo, pequeño y bien avenido. No nos conocíamos de nada antes del viaje y congeniamos bien. Fueron días muy divertidos y llenos de anécdotas curiosas que iré desgranando poco a poco por aquí, cuando mis princesas estén dormidas.

P.D. Victoria y Mercedes, gracias por los premios que me habéis dado. No soy muy de premios aunque os agradezco mucho que os acordéis de mí y vuestras palabras. Cuando pueda pondré una referencia del premio en el blog, que ahora el tiempo que tengo lo dedico a escribir del viaje para no olvidar nada ;-) Besos

miércoles, 22 de abril de 2009

Vayamos al principio

Una vez contadas las peripecias del vuelo, que menudo rollo que me marqué ayer, el post más largo de todo el blog, voy a retroceder al día de la llegada para contar las primeras impresiones sobre Etiopía, los etíopes, el hotel y, por supuesto, el encuentro con nuestra pequeña.

El vuelo de ida transcurrió sin sobresaltos y llegó sobre las 8:00 de la mañana, hora local de Etiopía. Fue un momento un tanto peculiar. Por un lado, el hecho de saber que estábamos tomando tierra y de ver por las ventanas la ciudad, de saber que estábamos tan cerca de nuestra hija, fue un subidón tremendo. Encima van y me ponen una música africana en el avión que quedaba muy de película. Así que claro, cómo no, la primera llorera del día no se hizo esperar. Para mí fue un momento mágico. Sin embargo, Ramón estaba como loco buscando sus gafas que se le habían caído al suelo y se le habían perdido, con lo cual, no me miró ni una sola vez en todo el aterrizaje y no se enteró de mi llantina. La verdad es que resulta hasta cómico.

Al llegar tienes que hacer la cola para conseguir el visado de entrada y pagar los 18 euros que cuesta. Después pasas a la cola del control de pasaportes. Mientras unos esperaban la cola, otros cambiábamos euros por birrs, la moneda local. El cambio estaba en 1 euro=15 birrs aproximadamente. Nosotros cambiamos 600 euros y no nos sobró nada. La mayoría del dinero se nos fue en teléfono porque alquilamos un móvil y una tarjeta SIM aparte de llamar varias veces desde el fijo (un pastón) debido a que teníamos a nuestra hija aquí en Madrid y la llamábamos cada día. El hotel lo pagamos aparte en euros. También compramos varias cositas de artesanía y regalos. Y alguna compra del Bambis, un supermercado donde hay de todo, que tiene unos precios sorprendentemente similares a los de aquí, por tanto inaccesibles a la mayoría de etíopes. CONSEJO: no esperéis a cambiar los birrs que os sobren en el aeropuerto a la vuelta porque pueden decirte que no les quedan euros y te quedas con los birrs puestos. Les pasó a una familia que vi en Bole el día del regreso.

Cuando pasamos el control de pasaportes y recogimos maletas y carritos de bebés, nos encontramos con Gebeo, Gabeo, Gaveo? (alguien sabe cómo se escribe?), de Mundiadopta. Él nos llevó hacia una furgoneta donde un montón de señores etíopes colocaron nuestro equipaje en la parte superior. Tras darle una propina por los servicios, nos acomodamos dentro unos cuantos y el resto fueron en otro vehículo.

Hacía un día muy bonito y Addis Abeba se veía precioso desde el aeropuerto. Me habían dicho que era una ciudad fea, pero desde aquella perspectiva y con aquella luz (y con mi subidón de adrenalina) a mí me parecía reluciente.

Empecé a disparar fotos sin parar porque todo me llamaba la atención: los edificios altos, las casitas bajas, las tienducas, una sucursal de Ethiopian con forma de avión, los carteles de publicidad en amárico, los colores de las ropas, los animales paseando entre las personas, el azul chillón de los taxis y autobuses, todo me parecía increíble, impresionante, alucinante. También vi la pobreza, la miseria, la suciedad, el mal olor del río (cercano al hotel y llenito de basura), el hambre, la enfermedad, la necesidad, que contrastaba con el otro lado, el de los coches grandes de gran cilindrada de unos pocos, el de los lujosos edificios acristalados (con vistas a las chabolas)...aunque esto me impactó mucho más en los días siguientes y no tanto al llegar.

Llegamos al hotel, situado en una pequeña calle sin apenas tráfico, frente a un club griego y cerca de la embajada griega, Lions Den Hotel. Me habían hablado muchas personas del hotel y me había creado una imagen en mi cabeza que no se correspondía para nada con lo que me encontré.

Me esperaba algo muy cutre y me encontré una grata sorpresa. La habitación era muy grande, con salón y cocina (sin hornillo ni vitro, eso sí), y un baño amplio. Estaba limpio y aunque no era un cuatro ni cinco estrellas, estaba bastante agradable y cómodo para estar con los niños. Además, el personal del hotel nos trató muy bien y eso siempre se agradece. Lo mejor: el pequeño jardín de la entrada, cuando no llueve y se puede tomar el sol con un café o una cerveza o mirinda.

Cuando salimos de la furgo, la vito según decían los simpáticos gemelos, nos dieron una hora para acomodarnos, ducharnos y salir hacia la casa cuna. Qué fuerte. Subimos corriendo. Al final sí que nos duchamos. Antes de viajar piensas que no te va a apetecer y que sólo vas a querer irte a la casa cuna cuanto antes, pero luego viene genial el agua para despejar cuerpo y mente.

Una hora después estábamos todos dentro de la vito, todos menos Gebeo, sin el que no podíamos irnos. Impacientes, salimos del cacharro. Mari se puso a fumar. Ramón entró a pedir algo de comer porque yo se lo pedí, me moría de hambre. En el hotel no existen las patatas fritas de bolsa, ni los bollos ni nada de eso de la comida rápida. La única opción era que te frieran unas patatas. Así que Ramón las pidió, sin darse cuenta de que allí las cosas las hacen tomándose su tiempo. Y la ley de Murphy hizo el resto. En medio de la espera de las patatas apareció Gebeo. ¿Y ahora qué hacemos? Todo el mundo en la furgo, dos familias esperando para conocer a sus hijos y no pueden irse porque dos panolis han pedido unas patatas fritas. Quería que me tragara la tierra. Ramón y yo dentro del bar del hotel. Él me decía: "sal y pídeles perdón y diles que enseguida salimos". Y yo: "ni de coña, yo no salgo ahí porque sé que ahora mismo todos me odian. Soy la plasta de las patatas". Así que esperamos los dos dentro, super valientes ambos, hasta que apareció la chica con las dichosas french fries para llevar. Con la cabeza mirando al suelo entramos en la vito y salimos pitando hacia la casa cuna.

Afortunadamente la casa está cerquita. Y el encuentro fue algo así como un "fast meet" porque aún estábamos limpiándonos los dedos de ketchup dentro de la furgoneta cuando el primer niño aparecía en el jardín del chalé. Y un segundo más tarde, Elshaday salía en brazos de una ciudadora con los ojos medio cerrados (creo que la sacaron de la cuna directamente) pero con una sonrisa de oreja a oreja que nos desarmó por completo. Además me la pusieron en brazos y me agarró con su manita derecha mi brazo izquierdo. Qué sensación. No lo esperaba para nada. Creía que iba a llorar como loca, que no iba a querer venir conmigo y esas cosas. Su reacción fue una auténtica pasada. Y ella sigue así, con su sonrisa etíope. Que dure siempre.

martes, 21 de abril de 2009

Empecemos por el final...

Lago de Debre Zeyit

Prefiero contar primero el final del viaje porque fue la parte más dura, la que se nos complicó y acabó dejándonos un amargo sabor de boca. Me da mucha pena y mucha rabia que el viaje acabara siendo tan complicado al final y nos dejara ese sabor agrio, esa mala leche y ese "estoyhastalasnaricesdestodoestonoaguantomas" que al menos a mí me acompañó durante las 18 horas de travesía desde Addis Abeba hasta Madrid.

Lo importante es que tuvo un final feliz y, aunque hechos polvo, con cara de "necesito una cama y una ducha", y con los nervios destrozaítos de tanto usarlos, los 13 viajeros españoles del grupo de Mundiadopta del vuelo Addis Abeba-Madrid de Ethiopian Airlines con salida a las 23:20 (22:20 en España) del día 16 de abril de 2009, llegamos a Barajas el día 17 de abril a las 15:00 horas. Increíblemente, nuestras maletas aparecieron enteras unos 45 minutos después por la cinta 19 de la T4. Así que, tras despedirnos de nuestra pequeña familia de viaje (se me hizo un pequeño nudo en el estómago), comenzamos a caminar muy nerviosos hacia la puerta de salida, donde nos esperaban nuestros familiares. Qué emoción. Pero esto no iba a contarlo ahora. Esto irá en otro post.

Volvamos al día 16 de abril, jueves, 20:30 hora local de Etiopía (en España una hora menos). Un par de furgonetas nos vienen a buscar a la puerta del Lions Den Hotel. Es el lugar donde suelen ir las familias de Mundi. Puedes buscar otro alojamiento si quieres, sin embargo nosotros preferimos éste para estar con el resto de familias.

Nos despedimos del personal del hotel, muy agradable, que nos ha tratado muy bien estos días, aunque algunos camareros hayan sido algo pesados, como Mengistu, que se pasaba todos los desayunos colmando de besos a los niños. A los cuatro días le temíamos. Aún así era un "coffe maker artist", como le llamaba Ramón. Sus cafés estaban muy bien preparados y sabían mejor. Le acabamos regalando una bolsa de aseo con alguna crema, suero fisiológico y una camiseta que él mismo se encargó de pedir.

También les dijimos hasta pronto a Esther y su pequeña Gelila, y a Lola, Jose y su pequeño y dormido Kedir, que ese mismo día acababan de llegar a Addis. Unos se van y otros van llegando. Fue genial poder compartir con ellos su felicidad de ese momento, el encuentro de Esther con su preciosa hija (gracias Esther por dejarme vivirlo) y la llegada al hotel de Lola, Jose y Kedir bajo la lluvia desde las Misioneras. Qué duro fue para vosotros chicos, pero al final salió bien y Kedir en un bebé super rico y gordote. Qué ganas de volver a veros a todos por aquí.

Antes de partir hacia el aeropuerto de Bole, le dimos la mano a Gabeo o Gaveo, no sé cómo se escribe, el representante de Mundiadopta allí, con el que mantuvimos una relación bastante peculiar y controvertida en los últimos cuatro días de estancia en Etiopía. Esto también va para otro post, que en este me he propuesto contar sólo el viaje de vuelta.

La ciudad de noche parece otra. ¿Será eso de que todos los gatos son pardos? El caso es que parecía que estabas en cualquier ciudad del primer mundo, atravesando sus calles menos concurridas. De repente todo el bullicio de Addis Abeba se esconde, desaparece, supongo que se va a dormir. No hay un alma por las calles, cuando a la luz del día están repletas de gente a todas horas que van y vienen, que trabajan, que van al cole, que no van a ninguna parte, que van a la iglesia, que piden limosna, que intentan vender un gallo o unas fregonas, que pastorean cabras o vacas por la carretera, que pasean, que se buscan la vida... La gente vive en las calles. Pero sólo con la luz del sol. De noche no sé qué sucede. Me impactó mucho el contraste día-noche.

Llegamos sobre las 21:00 horas al aeropuerto. Un edificio grande y moderno de grandes cristaleras. No imaginaba así un aeropuerto en África. Me gustó esta sorpresa el día de la llegada.

Ya en la calle pasamos un primer control con un policía que nos pidió los pasaportes. Y nada más entrar te hacen pasar las maletas, bolsos, carritos de bebé, etc, por el escáner. Y te hacen quitarte los zapatos. Como no me di cuenta, llevaba unas zapatillas de cordones que me hicieron perder los nervios en el último control de la noche. CONSEJO: llevad zuecos o sandalias, que se pongan y quiten de forma sencilla.

El mostrador de Ethiopian Airlines estaba cerca de la entrada y no había cola. Nada hacía presagiar la larga noche que se avecinaba. Nos acercamos al empleado de turno y enseñamos nuestros billetes electrónicos de vuelta, nuestros pasaportes y el mail de Ethiopian Airlines Madrid en el que se reflejaba que los billetes previstos en principio para el día 14 habían sido cambiados para el día 16 y en lugar de ser vía Frankfurt, eran vía Bruselas. Este último dato, el cambio de ruta, debió mover algún resorte extraño y desconocido en el cerebro de esta persona de la Ethiopian. Algo no encajaba, no entendía por qué habíamos cambiado de ruta. "Porque no había vuelo para hoy en la misma ruta, el más próximo era para el día 26". Como si este motivo no fuera suficiente para él, volvió a hacer la misma pregunta varias veces más. Empezamos a ver que se agobiaba. Algo no iba bien. Pero estábamos calmados porque faltaban dos horas para que el avión saliera. Así que, mientras el tema se arreglaba, me fui con Lola a cambiarle el pañal y a darle el bibe. Cuando terminé, Ramón seguía en el mostrador junto a una de las mamás que viajaban con nosotros. El reloj avanzaba y no nos daban las tarjetas de embarque. Nadie nos contaba qué estaba sucediendo aunque estaba claro que alguien había metido la pata en algún momento y nuestros billetes habían desaparecido como por arte de magia, después de haber sido confirmados por la aerolínea por mail desde Madrid y en persona en el hotel Hilton de Addis esa misma mañana. El empleado de Ethiopian se marchó durante más de media hora y volvió sudoroso y pálido diciendo que no nos preocupáramos, que iba a solucionar aquello. ¿Cómo no nos vamos a preocupar si ni siquiera sabemos de qué nos tenemos que "no preocupar" ni qué es lo que tiene que solucionar? Para entonces los nervios de todos están en plena ebullición. Nos vemos volviendo al hotel y sin saber cuándo regresamos a casa. CONSEJO: si modificáis los billetes de vuelta, exigid un papel en el Hilton cuando vayáis a confirmarlos que justifique vuestro billete. No os conforméis con un "sí, está todo OK". El papel es lo que vale.

Por fin, a las 23 horas, tenemos tarjetas de embarque. Empieza nuestra primera carrera de la noche para llegar al avión, que, menos mal, nos está esperando. Eso sí, de los siguientes tres controles no nos libra nadie, por mucho que el avión esté parado en la pista sólo por nosotros. Además cada control se realiza con riguroso tiempo etíope. Con tranquilidad, despacito, sin estreses (para el empleado).

Cuando casi en la puerta del avión me obligan a levantar a Lola del carrito, dormida como un cesto, para pasarlo por el escáner, exploto sin contemplaciones. La verdad es que esta gente debe estar muy acostumbrada y hasta las narices de gente como yo la otra noche, que grita en un idioma desconocido toda clases de improperios cuando les piden que se quiten las botas o pongan las maletas, de nuevo, por la cinta. Vale, sí, no tienen la culpa. Pero, vamos a ver, ¿para que cuyons te vuelven a hacer pasar todo otra vez por la maquinita dichosa? No lo entiendo. Y más un carrito de bebé de estos de tijera que no lleva ni bolsa debajo ni ná de ná. Hay que j..erse.

Luego me sentí fatal de decir las barbaridades que dije, aunque no pude evitarlo, estaba muy enfadada y nerviosa. Claro que la noche no había hecho más que empezar...

Me sentí aún peor cuando vi que el señor mete patas de la Ethiopian nos encajó en clase Business porque no teníamos plaza en turista en el vuelo. GUAU. La primera vez de mi vida que viajaba en primera en un avión, qué pasada. Al final, lo mal que lo habíamos pasado esa noche y toda la semana con los nervios de los papeles y demás, se compensó con esta "gracia" del destino.

Teníamos cunita para Lola y sillones super cómodos que se reclinaban del todo, con mogollón de espacio para estirar los pies. Nos dieron cenita y desayuno, también una bolsa de aseo muy maja, con pijaditas varias. Lo mejor de todo fue la cuna. Si hubiéramos ido en turista no hubiéramos tenido cuna porque al pedirla en la reserva nos dijeron que no quedaban. Hubiera sido un viaje infierno y la verdad es que fue bastante cómodo. Ya se sabe que no hay mal que por bien no venga.

Llegamos con una hora de retraso a Frankfurt. Sí, porque finalmente nuestra tarjeta de embarque fue sacada de Addis a Frankfurt y no a Bruselas. Cosas de Ethiopian. Corrimos por el aeropuerto como locos para intentar coger el avión de las 7:45 de la mañana de Iberia con destino a Madrid, que se supone que era el nuestro. Antes de nada pedimos en información que avisaran a Iberia de que 13 pasajeros del vuelo siguiente llegaban un poco tarde. Dimos por perdidos nuestros carritos de bebé, ya que nos dijeron que teníamos que pasar a por ellos donde los equipajes y para eso había que hacer una cola enorme puesto que había que pasar control de pasaportes. Así que no nos daba tiempo. Tuvimos que coger un tren, subir y bajar escaleras, correr por varios pasillos...

Por fin llegamos al mostrador de Iberia. El avión acababa de cerrar el embarque y estaba a punto de salir. Lo sienten, no podemos subir. A continuación empiezan los gritos desesperados y cabreados de varios de nosotros mezclados con llantos de bebés hambrientos y cansados y frases de las azafatas pidiendo calma. ¿CALMA?. "Mire señorita, nos han dicho que el avión nos iba a esperar, han llamado para que nos esperara el avión". "Si quiere puede usted poner una reclamación a Ethiopian Airlines por llegar tarde, o reclamar al aeropuerto". ARGGGGGGGGGGGGG. No queríamos reclamar, queríamos llegar a casa, ducharnos, tumbarnos en nuestros sofás, ver a nuestras familias, abrir nuestras neveras, bebernos un vaso de agua del grifo... La crisis de voces y lágrimas duró unos 20 minutos hasta que llegó un jefe de Iberia y nos dijo que no nos preocuparamos, que él nos iba a resolver todo para volver a Madrid lo antes posible. Y eso que el amable caballero aún no sabía, ni nosotros, que ni siquiera existíamos como pasajeros de Iberia. Por otra extraña razón que creo nunca llegaré a descubrir, nuestros billetes a Madrid habían desaparecido del espacio aéreo mundial. No éramos pasajeros de nadie. Estábamos, literalmente, tirados en Frankfurt. Para colmo, el padre de uno de los papás, se encontraba muy mal, con un cólico de viajero galopante desde hacía dos días. Creo que

Tuvimos que recurrir a Carmen, la directora de Mundi, que llamó a Ethiopian Madrid. A partir de este momento, los 13 delegamos el tema "vuelta a casa" en manos de Ramón y Sonia, que parecían los más relajados a la hora de afrontar esta situación crítica. Dos horas y media después, tras el disgusto de comprobar que cuando ya estaba todo arreglado, no estaba todo arreglado porque los billetes de los bebés no aparecían en el sistema (el ordenador se hizo un lío con esa costumbre etíope de apellidar a los niños con el nombre y apellidos del papá), y gracias al esfuerzo de Iberia que se portó fenomenal con nosotros (y gracias a Ramón, Sonia y Carmen), estábamos embarcando en el vuelo IB3507, destino Madrid.

¿Qué hicimos mientras los demás? Cuidar a los bebés y los gemelos (menos mal que el aeropuerto de Frankfurt tiene una zona infantil que es la caña y que ayudó a su papá a contenerles durante nuestras 4 horas y media allí), y recuperar los carritos (gracias Javi).

El segundo vuelo duró dos horas y media y se pasó rápido. Lola no lloró nada. En realidad no lloró nada en todo el viaje completo. Es una santa. Cuando estábamos a punto de llegar le puse la ropita que me había regalado mi madre para su llegada. Qué rica estaba. Toda de rosa. Monísima.

Qué emoción tomar tierra, qué subidón, qué felicidad. Estábamos a punto de ver a Lucía. Cuantísimo la echábamos de menos.

Cuando se abrieron las puertas de salida la vi a ella en primer plano, con su camiseta de rayas y su falda de pana. Me lancé a ella corriendo con Lola en brazos. Ella tardó un poco en verme a mí. Ví a mi padre y a Alfonso, el padrino de Lola. Me abracé a Lucía, también Ramón. Ella miraba a Lola sonriendo. Nunca olvidaré esa imagen.

Recuerdo el sonido de cámaras de fotos y luces de flashes. Mucha emoción y nervios, sensación de que todo el mundo te mira, alegría inmensa.

Javi se acercó y dijo "esta es la pequeña Lucía". No pude responderle nada, no me salía la voz. Vi a Sonia con los ojos llorosos y le dije adiós con la mano.

Mi madre tenía una sonrisa de oreja a oreja. Le puse a Lola en brazos. No paraba de decir que era muy simpática y preciosa. Todos los decían. Mi padre, Maribel (mi suegra), mi cuñado Javier, Alfonso, Lucía. Fliparon con la pequeña Lola. Y es que es para flipar. Para comérsela.

Ahora tenemos dos bombones preciosos en casa, uno de chocolate y uno de vainilla. Los dos deliciosos ;-)

domingo, 19 de abril de 2009

Trece de familia durante doce días

Hace poco más de 48 horas que regresamos de Addis Abeba con nuestra pequeña Lola Elshaday. Aún me parece increíble haber escrito la frase anterior en este blog. Pero es verdad. Lola está en casa. Ahora duerme en su cunita, junto a su hermana Lucía. La hemos esperado mucho tiempo, demasiado tal vez, aunque la sonrisa con la que nos recibió en la casa cuna nos hizo olvidar de un plumazo los sinsabores de la espera.
Me va a llevar varios días contar todo lo que nos ha sucedido desde el día en que salimos hacia Etiopía hasta hoy. Demasiadas emociones, sensaciones, imágenes, nervios, sorpresas de última hora... muchas risas, unas cuantas lágrimas, algo de angustia y desasosiego, mogollón de ternura y caídas de baba de mamás y papás, etc, etc.
Todo ello compartido y disfrutado en compañía de otras dos familias que han viajado con nosotros a recoger a sus hijos y a los que empecé a echar de menos ayer por la mañana. Y es que estos doce días, a más de 6000 kilómetros de casa, hemos sido como una pequeña familia, cuidando todos de todos, preocupándonos por cada uno. Eramos trece en total, un número especial, y teníamos abuelos, papás, mamás, hermanos y bebés. Recordaré siempre con mucho cariño las mañanas de sol y cerveza Saint Georges o Mirinda en el jardín de Lions Den Hotel, con los gemelos jugando con los carritos de Lola y Elías. Y las comidas en el club griego con Javi repitiendo al camarero cada día que quería su cerveza "betam cascasa" (muy fría, en amariña), aunque el camarero nunca la traía del todo fría. Tampoco olvidaré nunca los agobios de los últimos días, que contaré detalladamente más adelante, y en como hemos hecho un buen equipo entre todos y al final hemos logrado resolver las situaciones y llegar a casa antes de lo previsto. Gracias a todos por todo. Os aprecio un montón y os deseo lo mejor del mundo.
También tengo que dar las gracias a Carmen de Mundiadopta, por el apoyo y esfuerzo inestimable que ha realizado con nosotros. De verdad que es alucinante lo que esta mujer, y en general todo Mundiadopta, hace por las familias. Volveré sobre este tema en siguientes entradas.

Para acabar esta entrada de regreso a casa, voy a pegar el mensaje de mail que envié a amigos y familiares el día que llegamos a Addis. Pido disculpas si a alguien de mi familia y amigos no le ha llegado. La conexión de allí era una patata y el teclado no iba bien, así que no sé a quién envié el mensaje y a quién no:

Hola a todos,
Despues de casi no salir ayer de viaje por culpa de un papel que se ha retrasado (por lo que nos llamaron para decirnos que si saliamos ayer nos tocaba volver una semana despues, lo cual aceptamos tras conseguir cuadrar el trabajo de Ramon), llegamos a la T2 de Barajas y nos dicen que no podemos entrar por una amenaza de bomba. Casi me desmayo. Cuando estaba a punto de hiperventilar (que mas podia ocurrir? os recuerdo que acababa de ocurrir un terrible terremoto en Italia y nosotros ibamos hacia Roma de camino a Addis), nos dejaron por fin subir a facturar. FALSA ALARMA. Buf.
El avion salio con retraso de una hora. Pero ya nos daba igual. Ibamos 3 familias en busca de nuestros hijos. Una de ellas repetia adopcion en Etiopia. Y se llevaban a sus hijos con ellos: dos gemelos de 3 primaveras que no paran ni un segundo. La verdad que el trasbordo de 4 horas en Roma con ellos se hizo corto, jeje.
El avion a Addis salio de Roma a la 1 de la madrugada. Dormimos unas horas. Llegamos a Addis a las 8, 7 de la mananna de Espana. No nos perdieron las maletas. BIEN.
Nos traen al hotel y estamos un par de horas. Despues nos recogen y nos llevan a por los nenes. Casi no nos da tiempo a salir de la furgoneta (Toyota) en la que viajamos y los bebes salen al jardin en brazos de sus cuidadoras.
Lola Elshaday viene a mis brazos y se agarra con fuerza. No llora, esta medio dormida, pero aun asi la hacen reir sus cuidadoras y se rie a carcajadas. La que llora soy yo, claro. Luego la coge Ramon y sigue tan pichi. Y asi lleva todo el dia. Debe estar flipada de vernos todo el dia a Ramon y a mi diciendole monerias y cogiendola en brazos. No se si se rie de la cara de tontos que tenemos o es que ella es asi de simpatica. Eso si come cada 3 horas la tia, con unas ganas...
Estamos muuuuuuuy cansados y dentro de media hora nos toca el cuarto bibe del dia, asi que me subo a la habitacion a ver si luego puedo dormir un rato.

Besos

lunes, 6 de abril de 2009

Cambio de planes

Sólo unas líneas antes de salir al aeropuerto para decir que no vamos a volver el día 15 de abril. Al parecer ha habido un problema con las partidas de nacimiento de los niños y tardarán una semana en lugar de un día en estar listas. Mundiadopta nos ha llamado hoy y nos ha dado opción a cambiar los billetes y volar dentro de una semana. Pero no podía ser. Nuestras emociones estaban ya tan bien empaquetadas en las tres maletas que hemos preparado con tanto cariño...NOS VAMOS!!! Serán 17 días en Etiopía como mínimo. Lo que sí me da pena es estar tanto tiempo separada de mi Lucía. Cariño, espero que lo entiendas y que no sufras mucho por esta espera. La recompensa va a ser muy muy especial. Y aquí vas a estar fenomenal rodeada de todos los que te quieren: los abuelos, el padrino, Mamen y Belén, la Paca, la yaya, el tito Javi, la madrina, los primos Roberto y Alejandro, el tío Rober, Piluca y Alfonso, Pablo, Jaime y Diego (que se comen tu foto de la nevera, jeje), Carmen y sus papás, todos tus amiguitos del cole: Nerea, Mario, Mar, Pablo, Laura, Ari, Miguel, etc, etc, etc. Esperanza, tu profe. Y tantos y tantos otros... Nosotros te vamos a llamar todos los días, cueste lo que cueste cielo. Te queremos infinito.

Hasta prontito y de nuevo gracias por los buenos deseos

P.D. Piluca, el desayuno que te has marcado ha sido sobresaliente, merci beaucoup!

domingo, 5 de abril de 2009

Volando vamos


Dentro de unas horas embarcaremos en un avión con destino Roma y desde allí en otro que nos llevará, POR FIN, a esa ciudad tantas veces soñada y escrita : Addis Abeba.

Estoy segura de que va a ser una noche larga, como lo ha sido ésta en la que no he pegado ojo, repasando en mi cabeza cómo será mi vida a partir de ahora, mis nuevas ilusiones, mis nuevas emociones con mi nueva familia que me gusta tanto. Tenemos mucho que vivir niñas, reinas de la casa. Papá y mamá tienen tantas ganas de teneros a las dos juntas, de disfrutar de vuestra alegría y quereros tanto... Lucía y Lola, cómo lo vamos a pasar!!

Esta semana apenas me ha dado tiempo a escribir nada, he andado como loca con los preparativos. Como no queríamos adelantar acontecimientos, no teníamos prácticamente nada hecho antes del juicio, así que estos días no he parado de correr, porque Ramón tenía que currar y yo me pedí vacaciones. Menos mal. Y la baja por maternidad me cuenta desde el martes que viene, cuando vea a mi segunda hija por primera vez.

El viaje a París fue una gozada, cortito pero aprovechado al máximo. Nada como una escapada así después de este largo viaje adoptivo que no se acaba el martes al aterrizar en Addis, no, más bien empieza otro ciclo, el más complicado. Aunque espero que el más bonito. La mutua adopción entre la niña y nosotros.

La lista de cosas que he tenido que hacer estos días es agotadora. Compras y compras, sobre todo de farmacia: botiquín (y eso que ya tenía mucho comprado en Mercadona), leche sin lactosa; supermercado: pañales, leche Nidina 1 (la que usé con Lucía, me gusta porque la encuentras en cualquier sitio y le fue bien), cereales sin gluten, pañales (mejor dodot de momento, luego probaré con los mercadona etc y si le van bien, los usaré), toallitas, chupetes, biberones especiales sin bifenol A, cepillo limpiabiberones, champú, gel e hidratante de avena... Algunas cosas, como los baberos o la crema del culete ya las tenía.

También he tenido que ir a por mi baja a la oficina. Hacer el seguro para el viaje. Lo he hecho con la American Express. Pagas 110 euros y te cubren todo un año de viajes al extranjero para ti y tu familia: enfermedad, pérdida de equipajes, repatriación, etc. Resolver unos papeleos pendientes de otros temas que luego va a ser complicado hacer. Llevar a Lucía a Murcia con los abuelos, con su correspondiente maleta. Sacar la ropita de Lucía de bebé, lavarla y plancharla.

Esta tarde la he dedicado a las maletas. Aún no he acabado y estoy exhausta. Piluca me ha enviado un mensajito pidiéndome que escribiera en el blog antes de irme. Y sí, era mi intención, aunque casi no lo hago por falta de fuerzas. Mañana viene a casa a desayunar y despedirse de nosotros. Qué guay, nos va a traer bollitos y nosotros ponemos el café.

Este finde en Murcia ha sido especial. Mi madre nos ha hecho un precioso regalo para Lola Elshaday. Y Lola y Jose han tenido su juicio positivo a la segunda. FELICIDADES.

Aunque también ha tenido un lado amargo y duro. Un beso fuerte a toda la familia de José Ramón, quién tuvo la tremenda mala suerte de perder la vida en la carretera al cruzarse un animal en su camino. Lo siento mucho. Cuando suceden estas cosas tan de cerca nos recuerdan que la vida es demasido frágil y valiosa.

Mañana intentaré enviar un mensajillo desde Barajas, si encuentro un punto wifi.

Un beso a todos los que me acompañáis en esto y GRACIAS POR VUESTRO "ESTAR AHÍ"

jueves, 2 de abril de 2009

Jarros de agua helada

Ayer podía haber sido un gran día. Seguro que para mucha gente lo fue. Para otros todo lo contrario. Tenía esperanzas en que el 1 de abril fuera tan bueno como el 25 de marzo. Sin embargo algo me decía que no, que no iba a ser el caso. Me pasé cada hora pegada al teléfono, deseando recibir un mensaje con buenas noticias. El primer mensaje malo lo escuché a eso de la una de la tarde. Llamé a una prima mía que llevaba unos días con dolores de cabeza que la habían hecho ir varias veces a urgencias. Me cogió el teléfono su marido y me dijo que la estaban ingresando en el hospital para hacerle pruebas. En princpio parecía una cefalea muy fuerte, provocada por el estrés. Aún no se sabe con certeza. Sigue en el hospital. Un beso prima, que no sea nada y que te mejores pronto.
Alrededor de las tres menos cuarto recibí un mensaje que decía que el padre de un amigo acababa de morir. Llevaba un tiempo enfermo y era algo que se esperaba, pero me dejó hecha polvo. Lo siento mucho Tino, aún no he podido verte pero desde aquí te envío un beso.
Ya empecé a ponerme de muy mal humor y a presagiar que el día no iba a arreglarse.
Sobre las siete y media un SMS muy triste de Paloma en el que decía que el juicio no se había celebrado y se aplazaba al 15 de mayo.
Me recorrió como un latigazo por el cuerpo. Me sentó fatal, me puse en su piel y no podía quitarme el nudo de la garganta. Quería llamarla pero prefería respetar su dolor y hacerlo hoy, después de las lágrimas del primer impacto.
La he notado tranquila y con una actitud positiva, que es la que hay que tener ante estas situaciones. Esto es sólo un aplazamiento, nada más. No es un final sino un punto y seguido. Así que ahora dicen que van a aprovechar este mes y medio para hacer las cosas que les quedaban pendientes. Dí que sí Paloma, valiente, así me gusta guapa!

Un besazo a los dos y a todas las familias a las que les ha pasado como a ellos, como otra Paloma, de Galicia, y Rafa. Un poco más y ya están aquí los nenes.

LOLA, QUE MAÑANA ES TU SEGUNDO JUICIO, MUCHA SUERTE!!!! MUAK
Además mañana es el día de las Lolas, Lolitas, Lolas... a ver si eso os da un empujón...

 
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