Vuelta de vacaciones

Hoy regreso al trabajo, la oficina, el ordenador, internet, los proyectos, los plazos, los clientes, los compañeros, las comidas apresuradas, las más de 9 horas fuera de casa...

Es raro, ya no veo a mi hija a todas horas, ni a mi marido, ni a mi perro.

Pero algo me anima el día, he recogido el certificado de empresa legalizado. Ya sólo me queda llevarlo, junto al de matrimonio, a Mundiadopta. Y todo estará, por fin, hecho.

Estos días de vacaciones no han sido perfectos, pero han tenido ratitos buenos. Alguna charla con cena entre amigos, algún paseo descalza por la arena, desayunos en la terraza de la casa de Mazarrón, las siestas... También el libro de Javier Reverte, Los caminos perdidos de África. Muchas cosas que dice que enfadan, pero otras me enganchan y no lo he soltado en muchos días. Ahora, que ya he pasado la parte de Etiopía, me está costando más leerlo, pero quiero terminarlo.

Quien tuviera la valentía de todos esos que se embarcan en viajes a lo desconocido, a otros mundos que nos son ajenos aunque estén tan cerca de nosotros. Da un poco de envidia.