Ya hace bastantes días que tomamos las uvas y que la Navidad nos dejó la casa llena de papeles de regalo y el cuerpo lleno de calorías de más. Aunque en mi casa aún tenemos puesto el árbol y el belén. Un poco por pereza y otro poco porque mi rotura de tobillo no me deja ponerme a hacer muchas cosas, y Ramón, a consecuencia de esto, está a tope haciendo todo en casa, cuidando de Lucía y del perro además.
Empezamos, a pesar de los tropiezos, con muchas ganas e ilusión. Sabiendo que quizá a finales del mismo tengamos en casa al pequeño o pequeña que tanto llevamos esperando. Estas navidades Lucía y yo nos acercamos al árbol de los deseos del Retiro y me hizo mucha ilusión que ella decidiese pedir el deseo de que su hermano/a venga pronto. Este momento y algún otro han hecho que la Navidad merezca la pena este año. Cada vez me gusta menos el rollo consumismo y demás pero intento tomármelo bien y disfrutar de todo lo bueno que pueda.
Además esta vez tuve la suerte de poder hacer un miniviaje a Amsterdam, en el cual me rompí el tobillo. No es que crea que esto es tener buena suerte, romperse el tobillo es doloroso y fastidioso el andar con muletas todo el día. Pero lo poco que pude vivir en esa ciudad antes del accidente estuvo muy bien y me alegro mucho de haber ido.
Ahora espero pacientemente a recuperarme y ponerme las pilas con todo lo que el año pasado no me sentí con fuerzas. Una prioridad es arreglar la casa en vistas a la llegada del nuevo miembro de la familia.
Mientras, estudio, leo, miro los foros de Etiopía y África, duermo...
Estos días, en los foros, ha vuelto a surgir el tema de la búsqueda de los orígenes. Hay opiniones distintas aunque después de leer todos los mensajes me quedo con un fondo que forma parte de todos o casi todos ellos.
Es bueno buscar toda la información posible cuanto antes sobre nuestros hijos, siempre con cautela y respeto a la familia biológica, y guardarla como un tesoro para cuando nuestro hijo quiera conocerla, si quiere.
Ojalá me sienta con fuerzas, llegado el momento, de hacer esto, y tenga la suerte de encontrar información y de poder contarla a mi futuro/a hijo/a cuando quiera saber. Porque me parece muy duro para nosotros enfrentarnos a la realidad de ese niño/a que llega a nuestras vidas para siempre. Las historias que llevan a una adopción son difíciles, tristes, traumáticas. Todos lo sabemos. Por eso será duro conocerlo todo y más aún conocer a la familia biológica. No pongo en duda de que sea bueno para mi hijo el que yo recopile esa información para él. Pero, ¿será lo mejor para la familia biológica? ¿será lo mejor para la familia adoptiva? ¿seré capaz de asumir la historia, sea cual sea?
Tengo muchas dudas al respecto, que espero poder despejar en los meses venideros. No quiero que nadie piense que soy mala madre si no busco esa información, creo que todas las decisiones en ese sentido son respetables. Al igual que no creo que se deba juzgar a las personas por otros motivos, como el ponerle un nombre español al niño o no llevarte a tus hijos, si los tienes, a Etiopía a recoger a su hermano.
Por cierto, tenemos 36 familias delante. Vamos avanzando.
jueves, 17 de enero de 2008
Año nuevo
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