El hambre y la muerte

No quiero irme de vacaciones sin hablar del hambre. Etiopía las está pasando canutas. Esto no es novedad, puesto que lleva así muchísimos años. Pero es que ahora lo jodido de su situación se ha multiplicado por ene. Aquí, en el llamado primer mundo, nos quejamos del euribor (sabrá un etíope qué es el euribor? para qué?), de los precios del hipermercado (sabrá un etíope lo que es un hipermercado? dudo que hayan visto uno cargado de alimentos hasta los topes, como aquí), del precio de la gasolina (el transporte más utilizado por los etíopes es el de San Fernando). Allí se quejan con los ojos, podéis comprobarlo al ver el espeluznante a la vez que magnífico trabajo periodístico del genial Vicente Romero, emitido hace unas semanas por Informe semanal: El hambre anunciada. Se quejan del hambre, de la enfermedad, de la sed, del cansancio que provoca el estómago vacío, de la impotencia de ver morir a sus hijos... Cuando era pequeña y me quejaba de algo, mi madre me decía que cuando me quejara tenía que ser por algo que realmente mereciera una queja. ¿Hay alguna otra razón que merezca más que las que tienen los etíopes? Millones de personas, se habla de unos OCHO MILLONES de personas, están sufriendo en el país del cuerno de África los estragos de la falta de alimentos. Las autoridades del país reclaman ayuda internacional, parece que por fin dan muestras de reconocer que necesitan apoyo externo. Hasta ahora no se mostraban con muchas ganas de asumir su dificilísima situación.

Gracias a Ángel Olaran, conocido como Abba Melaku (Ángel de Dios) por el pueblo etíope, el misionero que aparece en el reportaje y que a través Jangela solidaria realiza una importante labor de asistencia y ayuda de todo tipo en la región del Tigray en Etiopía. Gracias a la ONG Mediterránea , que mantiene una pequeña escuela cerca de Addis Abeba para niños necesitados (aparte de otros proyectos). Gracias a Paula, mamá de Meseret, y a su amiga, que viajará a Addis en octubre y está recaudando dinero para llevar ayuda a los ofarnatos de allí. Gracias a la iniciativa de "una gota de agua para Etiopía". Por cada firma virtual que se registre, la empresa DKV Seguros, en colaboración con Intermón Oxfam, entregará un euro, hasta llegar a 50.000, con el fin de conseguir agua potable para 55.000 personas en el país. Gracias al resto de ONGs (incluidas las ecais) , grupos de misioneros, monjas, voluntarios anónimos, etc, que se esfuerzan por hacer de la vida de esta gente, un vida un poco mejor. Desde este primer mundo, todos podemos poner nuestra gota. Millones de gotas hacen un océano, nunca hay que olvidarse de esto.

Elena de Mundi suele decir una frase lapidaria a todos los que llegamos a informarnos antes de elegir ecai: "estos niños vienen del hambre y de la muerte". Ojalá no fuera así, ojalá haya menos hambre y no más muertes. Ojalá se logre evitar lo que parece inevitable.

Feliz verano