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Sigo con el tema cursos que parece no tener fin, y eso que resumo mucho, mucho...

Hablaba ayer antes de la comida de Navidad del controvertido tema de un posible pasado de malos tratos o abusos en nuestro hijo/a adoptivo/a. Sabemos que nuestros hijos vienen de una historia triste, amarga, dura. Pero cada historia será distinta a la anterior y no siempre, es más, en contados casos, los niños pueden traer en su mochila un pasado de maltrato o abuso. Afortunadamente en Etiopía, según nos cuenta Rocío, estos casos no son muy habituales. Pero ¿qué pasa si nuestro hijo/a es fruto de una violación? ¿cómo afrontar este hecho? ¿cómo transmitirlo al hijo/a? En primer lugar no se puede contar esto cuando el niño es niño. Sería incapaz de afrontarlo. Primero debe tener una madurez emocional y física suficiente para ello. En segundo lugar hay que esperar a que nos pregunte por ello (esto no recuerdo si lo dijo así Rocío, es mi opinión personal), a que quiera saber de su historia personal, no me refiero al hecho de ser adoptado, sino a sus orígenes. La forma de contarlo es importante, Rocío hablaba de contar siempre en positivo las cosas, de contar el lado bueno, y estoy de acuerdo. Cierto es que gracias a ese hecho violento el niño vive y ha llegado a nosotros, pero eso no quita para que la circunstancia sea dolorosa, para que afirmemos que su padre hizo algo que no está bien y su madre no pudo ocuparse de él o ella por x motivo.

Decía Rocío que todos los niños vienen de un acto de amor. Ahí discrepo. Ojalá fuera así y ojalá sólo se les diera amor a los niños. Pero todos sabemos que esto no sucede. Puede que las teorías psicológicas hablen de que estos actos se originan por un sentimiento de amor y que los justifiquen por el pasado de las personas que los cometen, por una perturbación mental, etc, etc. Sin embargo a mí me cuesta mucho ver con buenos ojos a una persona que ha hecho daño a otra, sobre todo si es un niño y si es su hijo más aún. Por muchas justificaciones posibles que encuentre ante ese comportamiento. Podría llegar a entender las razones, pero jamás a aceptarlas como algo bueno. Pero esto no implica, para nada, que no voy a aceptar a mi hijo o hija sea cual sea su pasado y su presente. Por supuesto que sí. Y que le voy a ayudar a elaborar su pérdida y su pasado con todos los medios a mi alcance.

Sori, voy a leer el libro que me recomiendas, "Cuando los niños no vienen de París", porque quiero saber más sobre este tema (gracias Sori). Creo que soy una persona con la mente muy abierta y dispuesta a ponerme en el lugar del otro siempre y tratar de ver las cosas desde diferentes ángulos. Por eso voy a informarme más sobre esto, porque quiero tener más datos. Sé poco del tema y mi opinión tal vez no es una opinión completa por falta de información.

Y cambiando un poco de tema, voy a escribir unas líneas sobre la charla de la tarde, que fue de Feyissa, el colaborador etíope de Mundiadopta. Me encantó su charla. Nos habló de las maravillas de Etiopía, muchas ya las conocía por todo lo que he leído desde que estoy en este viaje, otras no. Nos habló de Lalibela, la ciudad con 13 iglesias talladas en la roca y Patrimonio de la Humanidad; de Harar, ciudad islámica y amurallada de gran belleza; del Nilo, el río cuyo caudal en Etiopía es del 85% pero sólo pueden tomar de él el 1% (gran injusticia y paradoja del planeta); de la injera o enyera, del chat, del frío de ciertas zonas del país. Nos vino a contar muchas cosas no típicas o no conocidas de Etiopía, tristemente asociado a las imágenes de la hambruna de los años 80. Nosotros sabemos que Etiopía no es eso, es mucho más, pero los medios de comunicación no hablan de ello y la sociedad occidental no tiene ni idea de la gran riqueza y diversidad cultural de esta tierra, de que nunca fue colonizada, de que se habla que la humanidad procede de allí, de que el café nació allí, que su calendario tiene 13 meses, que cuentan las horas de forma distinta (a las 12, son las 6) y de tantas y tantas cosas... No es que yo sea una entendida, y de hecho, antes de pensar en adoptar allí era una occidental más sin pajolera idea de Etiopía. Pero es que ahora he descubierto tanto de este país que antes de conocerlo en persona ya me parece fascinante. Agradecemos mucho a Feyissa y a Mundi que nos hayan transmitido toda esta interesante información.

Y los cursos llegaron al final. Después de Feyissa, nos pasaron un cuestionario de valoración y nos despedimos deseándonos mucha suerte y felices fiestas. Con nuestros pensamientos fijos en un día, 29 de diciembre, y un aparato, el móvil, que ese día sonará y nos traerá noticias (no sabemos cuáles, pero noticias al fin y al cabo).

Ya estamos a día 26 y la verdad es que se me está pasando el tiempo volando. Ya estoy más relajada. Tiene mucho que ver que estoy en Murcia de vacaciones, jeje.