Casi no puedo creer que este jueves haga un año desde que Lola Elshaday irrumpió en nuestra vida. Fue el ya deseado día mágico de la "asignación", esa preciosa palabra que todos los padres adoptivos estamos deseando hacer nuestra cuando estamos en medio de esa otra desquiciante que es la "espera".
Cómo nos ha cambiado la vida desde entonces! Quién me iba a decir hace un año iba a vivir todo lo que ha pasado en estos 365 días. Lo verdaderamente increíble es la velocidad vertiginosa con la que transcurre el tiempo ahora. Antes de la asignación, los días eran eternos, quizá por tener en el pensamiento constantemente a nuestro/a hijo/a desconocido/a. La imaginación se disparaba, echaba a volar, para lo bueno y lo malo, y con ella la ansiedad se ponía por las nubes. Cuantas horas he echado aquí, en este blog, y en este espacio, siguiendo las historias de muchas otras madres, viviendo con ellas sus alegrías y penas, sus miedos y angustias, su dolor y su euforia...
De repente, llegó Lola, tras aquel juicio del 25 de marzo y aquel viaje que finalizó el 17 de abril, y el reloj empezó a acelerarse y mi cuerpo comenzó a moverse a su ritmo, a veces casi de forma autómata, en un ejercicio de priorización constante, que me dejaba poco tiempo, y sobre todo, muy pocas energías, para poco más que cuidar de mis hijas, pasar tiempo con ellas y mi marido y dormir. Eso hasta que se me acabó la baja claro, porque entonces cambié de trabajo y me metí en una espiral aún más estresante. Mucho trabajo, mucha labor de madre, poco para las tareas de casa y... poco más. Todo esto teniendo en cuenta que mi marido y yo somos un equipo y en casa y con las niñas trabajamos al 50/50.
Así que he pasado de ser una persona que siempre tenía un hueco para quedar con amigas o al menos mantener el contacto por mail/teléfono, para escribir en mis blogs, para participar activamente en Abay, para estudiar una carrera... y todo ello sin descuidar mis facetas de madre, profesional, pareja y amita de casa (esto lo que menos, la verdad), a ser una persona estresada, agobiada, que nunca tiene tiempo de ná, que todo lo posterga, porque o tiene que hacer algo con las nenas o quiere descansar.
¿Qué me está pasando? Llevo varios días dándole vueltas a las posibles causas, aunque algunas no me cuadran. Porque sí, el tener dos hijas, y más si una de ellas es bebé, es difícil y complica mucho la vida. A pesar de que mis niñas son dos soles y que los mejores momentos del día me los dan ellas con sus carcajadas y sus ocurrencias. No me vale como causa que ahora tengo dos hijas porque, joroba, hay familias con tres, cuatro y más niños que se las ve genial, con ganas de todo, a las que no se les pasa lo de hacer los christmas navideños con fotos de los niños, o tienen tiempo de decorar sus habitaciones super monas, o las madres les cosen los disfraces para la función del cole y salen todos juntos monísimos los fines de semana al parque o al campo. Y además, ellos, los padres, son capaces de tener la casa impoluta, hacer deporte y alimentarse según la dieta mediterránea.
Pues bien, a nosotros nos es imposible. Quizá tenga que hacer algún curso de gestión del tiempo y tomar algunas vitaminas con ginseng o similar.
Otra causa que se me ocurre es que, acabé tan saturada de todo que necesitaba tomarme un respiro. De esto algo hay, porque hubo un momento en que todo aquello que se habló de las supuestas irregularidades en las adopciones en Etiopía y de las que hablé en el blog, me afectaba tanto que acababa llorando cada vez que me conectaba a Internet- Una persona con la que hablé en aquellos días (por cierto, si me lees de nuevo quiero disculparme por no haber dado señales de vida todavía, siento mucho lo que os pasó con vuestra asignación, aunque sea lo mejor para ellos, pero tiene que ser muy jodido para vosotros) me dijo "¿de verdad te merece la pena abrirte tanto?". Le dije que sí, que me compensaba, era que lo pensaba entonces, aunque poco a poco, sin planteármelo, dejé de escribir, y supongo que eso es porque en el fondo creía que lo mejor era cerrarme un tiempo.
Luego me ocurría otra cosa, y es que cada vez que pasaba algo que quería contar, me venía a la mente la idea de que era algo muy personal, que ya no era algo sobre la adopción en Etiopía que pudiera ayudar a alguien, y que quizá en el futuro, mis hijas pudieran sentirse molestas por contar aquí sus historias.
Sin embargo siento la necesidad de escribir de nuevo, y aquí estoy, intentándolo.
Casi un año tras la asignación. Lola va a cumplir 15 meses y acaba de empezar a andar. Está explorando el mundo! Y le encanta! Por cierto, que le chifla la música, sobre todo la brasileña. La he apuntado a clase de música en la guarde y se lo pasa pipa, jeje. Un día me dijeron que habían ido unos músicos a tocar y que ella había conseguido sacarle unas notas a un ukelele, que tiene buen oído. A ver luego por dónde sale :-)
lunes, 18 de enero de 2010
Casi un año ya...
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6 comentarios:
Pues va camino de artista :) porque claramente ya sabe apreciar la música y el baile.
Me encanta leer este blog porque aunque yo no tengo hijos adoptados es algo que algún día, cuando conozca al hombre perfecto, me gustaría considerar y Etiopía es una tierra que me parece fascinante.
Yo creo que lo que te pasa con la gestión del tiempo es totalmente normal, más teniendo un bebé. Han sido grandes los cambios en tu vida y poco a poco verás que empiezas a sacar algún ratillo libre para quedar con tus amigas para un café y hacer algún curso. Además de madre, mujer etc es importante seguir siendo amiga y tener hobbies propios nada relacionados con la familia. Yo creo que lo conseguirás :) en unos meses. ¡Un saludo!
hola,,, que alegria volverte a leer, yo empece mi proceso cuando a tu estabas con la asignacion y luego con el viaje y encendia mi ordenador para abrir tu blog haber que entrada tenias...yo estoy a la espera de ponerme las vacunas,y en este año ir a por mi bombom... me alegro de verte x aki de nuevo.saludos
Me encanta leerte. Ya lo sabes, así que me alegra mucho tu decisión. Con respecto a lo del tiempo, yo estoy deseando encontrarme en tu situación y no tener tiempo ni para mirarme al espejo. Eso significaría que mis peques ya están aquí. Ya verás como todo se normaliza.
Un besazo
María
Creo que en algún momento utilizas la palabra: priorización. Seguro que en estos momentos, aparte de esa necesaria distancia que has puesto, priorizas estar con tus hijas, porque te/os necesitan y, ante la remota posibilidad de hacer algo diferente, tú ya tienes otro chip puesto... Pero imagino que todo es una evolución: ellas te necesitarán menos, tú necesitarás hacer otras cosas y cambiareis el ritmo...
Pienso que lo más importante de todo es no agobiarse, disfrutar de lo que estás haciendo (que ya dices que lo pasas genial!!)y aprovechar este tiempo con ellas...
Hace unos días hice un curso de gestión del tiempo y la conclusión fue que había que disfrutar con lo que se hace, con todo, porque el tiempo no vuelve y qué pena no disfrutarlo mientras pasa!!! :-)
Un abrazo,
Mariajo
Un curso de gestión del tiempo... Éso es a lo que mi madre se le olvidó apuntarme de pequeñita!! jajajaja.
Yo siempre he sido un desastre, pero mi problema es que quiero abarcar mucho. Trabajo, estudio, maridín, amigos, fallerío, asociacionismo, papeleos adoptivos...
Así que no creo que eso cambie cuándo venga mi peque!!
Feliz de volver a leerte... Un abrazo.
Me alegra volver a verte por aquí... entiendo que hayas necesitado un tiempo de desconexion... y si ahora crees que necesitas volver a abrirte a ésta ventana, seguro que encontrarás el hueco necesario en tu agenda para hacerlo...
Saludos y besos a tus peques.
Laura.
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