La bisabuela de Lola Elshaday y Lucía

Me acaba de llamar mi abuela. Aquí la llamo abuela, pero en realidad toda mi vida la he llamado por su nombre, Paca. Suena raro a los que no están acostumbrados, lo sé. Fue cosa de ella. Como cuando era pequeña me costaba menos pronunciar su nombre que decir "abuela", pues me enseñó a decir Paca y así se quedó. Además como fui la primera nieta, senté cátedra. Y el resto de sus nietos y bisnietos la llaman también así.

Mi Paca es un sol, un alma cándida que dice mi maridín. Es como una niña de 82 años. Buena, buena, buena. Y feliz, siempre riéndose, llorando de la risa, a pesar de sus dolencias y sus penas que no han sido pocas. Lucía la quiere con locura. Para mí es imprescindible en mi vida. No quiero ni imaginarme el mundo sin ella. Sí, ya sé que tal y cual, pero no puedo, no puedo y punto.

La cosa es que ella quería ver la foto de mi muñeca de chocolate y aún a día de hoy, por circunstancias varias que no voy a contar ahora, no la había visto. Ayer mañana se la envíamos en un correo, no electrónico, sino de los de antes, con su sobre y sello. Y hoy la ha recibido. Alucino de lo que ha mejorado correos. De un día para otro ha llegado a Murcia desde Madrid. Y me acaba de llamar por teléfono para decirme lo preciosa que es la niña, lo que se ha emocionado de ver la foto, lo contenta que está, lo que ha hablado de la niña con mi prima, que justo esta tarde ha ido por su casa a verla a ella y también se ha quedado prendada de la foto...Aysss y a mí claro, la babilla que se me cae por los pasillos de casa...qué guay, me encanta mi abuela.

Por cierto que no me he aguantado y he llamado a Elena, necesitaba escuchar su voz. Me ha dicho que la niña está bien. En realidad me ha hablado en plural, ha dicho que los niños están bien. Y que todos los últimos juicios han salido bien. Aún no saben la fecha de juicio. Todo se andará.

Cada día más cerquita...