jueves, 23 de abril de 2009

Lola Elshaday is happy

Cuando me imaginaba el encuentro con mi hija, antes de saber que era una niña de pocos meses, intentaba ponerme en lo peor. Supongo que era una forma de protegerme ante un posible rechazo inicial, que es bastante habitual y para lo que hay que estar preparado, sin tomarlo como algo personal del niño contra nosotros.

Por eso me sorprendió tanto esa facilidad de sonrisa de la niña, tan dulce, tan simpática. Sólo la miras un poco y ya está ella con su boca abierta y su risa de bebé feliz. ¿Cómo puede ser? ¿Cómo puede estar tan contenta siempre? Es una maravilla claro, nos hubiera cautivado igual con el llanto pero así ya...imposible resistirse a comerle las orejillas, jeje.

Los empleados del hotel se pasaban todo el día diciéndole cositas en amárico, incomprensibles para nosotros pero que a ella le encantaban, movía sus brazos y piernas y reía a carcajadas. Allí nos decían continuamente la frase de "Elshaday is happy" y nosotros respondíamos "And we are happy too". ¿Cómo no íbamos a estar happys? :-D

Los primeros días la llamábamos sólo por su nombre etíope, intentando pronunciarlo como hacen ellos, y enseguida nos miraba, lo reconocía. Ahora en casa es Lucía la que la llama Elshaday porque a ella Lola no le gusta y le dijimos que puede llamarla como quiera, menos Lolita o Elsa o Dolores. Se llama Lola Elshaday.

La verdad es que cambian un montón los bebés con sólo estar unos días contigo. Cuando la recogimos tenía piernitas de alambre, el culo pelao que daba pena verlo y no sostenía bien el cuello. A los pocos días ya había cogido fuerza en el cuello y la crema del culete había hecho maravillas. A la semana tenía muslamen rollizo. Y tampoco es que comiera mucho más que en la casa cuna. Como me comentó Sonia, la mamá de los gemelos y de Amaranta, los niños engordan sólo del cariño y el afecto que les damos. No es que en la casa no les quieran, pero la atención que pueden prestarles allí no tiene nada que ver con la de 24 horas que les damos su mami y su papi.

Nos sentimos muy afortunados, muchísimo, por haber llegado por fin hasta nuestra pequeña y por ser ella una personita tan tierna y bonita, tan alegre y achuchable, tan happy happy.

Te sientes muy extraño allí con el batido de sentimientos que se te juntan en el estómago. Por un lado la inmensa alegría de ver por fin a tu hija, de abrazarla, besarla, olerla, quererla...por otro la profunda tristeza de saber cómo ha llegado hasta a ti y de ver con tus propios ojos situaciones de miseria y de hambre, de probreza extrema que se acerca hasta a ti en directo, sin pantallas de televisión delante ni presentadores del telediario, sin que puedas hacer nada por solucionar el sufrimiento de esa gente. Creo que nunca he sentido más vergüenza de mí y de la humanidad como hace unos días en Etiopía, cuando se acercó a nuestra furgoneta mientras hacíamos una excusión por Addis, un chico medio ciego a pedir limosna. Mientras nosotros, dentro del vehículo, con nuestros bebés etíopes en brazos y nuestras bolsas llenas de café recién comprado en Tomoka, una de las cafeterías más famosas de la ciudad. Se supone que no les podemos dar nada porque fomentamos la mendicidad. Pero, uf, cómo me impactó verle y ver a otros muchos que nos pedían, tanto aquel día como en otros sucesivos. Te daban ganas de vaciar tu cartera y salir corriendo. El mundo es tremendamente injusto y cruel. No descubro nada nuevo, pero no está de más repetirlo, que no se nos vaya a olvidar.

Muchas más emociones se juntaron en ese cocktail del que hablo, no sólo la felicidad y la tristeza y la vergüenza. Hubo muchos nervios por el tema de los papeles, que contaré otro día, y muchas risas, muchas, con los niños y los mayores. La verdad es que lo pasamos muy bien allí, nos juntamos un buen grupo, pequeño y bien avenido. No nos conocíamos de nada antes del viaje y congeniamos bien. Fueron días muy divertidos y llenos de anécdotas curiosas que iré desgranando poco a poco por aquí, cuando mis princesas estén dormidas.

P.D. Victoria y Mercedes, gracias por los premios que me habéis dado. No soy muy de premios aunque os agradezco mucho que os acordéis de mí y vuestras palabras. Cuando pueda pondré una referencia del premio en el blog, que ahora el tiempo que tengo lo dedico a escribir del viaje para no olvidar nada ;-) Besos

9 comentarios:

N.M y R.G dijo...

La verdad es que lo has expresado muy bien, es una mezcla entre alegria, rabia... nosotros un día que llovió vimos como bañaban a unos bebes en un charco de lluvia... eso me partio en dos, muy fuerte.
Besos.
FAMILIA COLORIN

Merce dijo...

Son días intensos, quiza los mas intensos de nuestra vida, con una mezcla de mil sentimientos difíciles de digerir.
Cada vez que escribes de Lola E. me apetece más achucharla, ¿me dejarás?¿no?. jajaja.
Besos

Anónimo dijo...

Enhorabuena Bego por estos momentos tan bonitos que estas viviendo con tu hija por fin en casa. La experiencia en Adis es inolvidable, además es importante que no se nos olvide porque aquí podemos hacer mucho por este mundo injusto y loco.
Un abrazo
Elena

Aurora dijo...

Aissssssssss, te leo y me veo tan reflejada!
Lo que sentía en el Congo cuando fui a por mi hija, era prácticamente lo mismo (aunque además, tenía un miedo que me moría).
Me sentí tan mal, tan egoísta por querer un niño sano...

Mi hija venía muy delgadita porque acababa de pasar la malaria y con la fiebre se quedó en nada. Si ves una foto de la semana siguiente a su llegada... te juro que no parece la misma.
En una semana. Ahora las miro y me parece increible e imposible.

Encantada de "conocerte"

Tuà dijo...

Más bien alucino que hayas tenido tiempo para ver el premio! Con una happy tan happy en casa parece que no deba de dar ni tiempo ni ganas de hacer nada más que contemplarla!!! Tampoco es que yo sea mucho de premios pero...

Sonia dijo...

Ei guapa, que yo también te di un premio, pero te lo perdono porque estas en fase de embobamiento con tu peque, aunque esa fase dura muchooo ... creo que toda la vida.
Sigue contando , que me encanta!.
Besos,
Sonia

lourdes dijo...

gracias begoña por contarnos tu experiencia...un besito

pau dijo...

La intensidad y la inmensidad de los sentimientos y las emociones cruzadas,eso es el viaje a addis...imagino que cómo todos los viajes de adopción...tremendos,profundos...
Sigue contando,cuando puedas,es precioso tu relato
pau y mese

María Martín Titos dijo...

Enorabuena Bego, estoy muy emocionada leyendo el blog. Creo que todos los padres que estamos en proceso de adopción o ya sois padres adoptivos, sentimos con el corazón todas estas vivencias que te ponen los pelos de punta. Yo también te doy las gracias por contarnos tu historia y de la forma en que lo haces. Besos

 
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